Ruta 9: Ruta BTT

 DATOS GENERALES DE LA RUTA

Ruta: Proaza – Cuevallagar – Bandujo – Oliz – Traspeña – Oliz –  Caranga de Abajo – Proaza – Villamejín – Collada de Aciera – Serandi – Picarós – Proaza

 

Punto de inicio..............................Proaza

Punto de llegada......................... Proaza

Duración total................................ 8 h. 10’

Distancia..................................... 54.730 m.

Desnivel máximo.......................... 920 m.

Ascenso acumulado................. 3.713 m.

Descenso acumulado............... 3.731 m.

 

Pendiente máxima...................... 44,5 %

 

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

 

El punto de inicio de este gran recorrido de BTT se encuentra en Proaza, capital municipal. Desde el Ayuntamiento tomamos la carretera hacia Trubia, llegando hasta la Torre del Campo (1), punto en el que se cruza la carretera para seguir hasta el final de la calle asfaltada atravesando el barrio de Traslavilla hasta las últimas casas de Castañera (2), donde se coge el antiguo camino que sube a Linares. En su primer tramo el camino presenta un firme asequible, de piedra y tierra, si bien con alguna rampa fuerte, pero a partir de la fuente de Cuaineo (3) el camino presenta gran cantidad de barro y piedra suelta que hace necesario echar pie a tierra en más de una ocasión, lo que se compensa por el paseo a través de un denso bosque de castaños. 

Finalizado este camino junto al caserío de El Ablanu (8), nos encontramos con una pista de hormigón que circula por la ladera de la Cruz de Fuego; no debemos de abandonarla hasta desembocar en la carretera (9) que comunica Sograndio con Linares, siguiendo por ella en dirección a esta última población durante unos metros, hasta encontrarnos a nuestra izquierda la buena pista de tierra (10), con tramos de hormigón, que sube hasta Cuevallagar. Es una pista cómoda de subir, con un desnivel bastante tendido, aunque alguna rampa más dura. Una vez atravesada la Portilla de Guamón, en descenso, llegamos hasta el amplio collado situado sobre Cuevallagar (13), virando a la izquierda por el cordal hasta encontrar de nuevo la pista de tierra que asciende hasta la Campa de San Bartuelo (14), con otra portilla. Tras cruzarla, una espléndida pista con buen firme terroso y tramos de hormigón nos baja de manera vertiginosa hasta una zona boscosa para, a continuación, acometer una pequeña subida hasta Cobayos (15) y, desde ahí, acometer una rápida bajada por pista de hormigón hasta Bandujo (16), población que debemos cruzar hasta el barrio de Molina, el más bajo (17).

De manera natural, la calle que veníamos siguiendo se convierte en pista de tierra que poco a poco asciende entre un denso bosque, con algún pequeño tramo de fuerte pendiente. Tras dejar de lado la enorme laja de piedra de la peña El Vialar (20), tras otro pequeño repecho llegamos al collado de La Plana (22), punto de inicio de otro vertiginoso descenso, esta vez un poco más técnico por tratarse de una pista de piedra suelta, sobre todo en su último tramo. Tras llegar al punto limpio de Cogersa (23), se coge la carretera unos metros en dirección a Proaza - es decir, en el mismo sentido del río- para luego abandonarla a la derecha siguiendo la Senda del Oso unos poco metros, hasta alcanzar una pista que sale a nuestra izquierda (24). Esta pista presenta buen firme y rampas no excesivamente duras, si bien la subida es permanente hasta el Collado de Oliz (25); en este punto viramos a la derecha, siguiendo la pista que sale en llano por la ladera, la cual termina para convertirse en sendero, cruzando el pinar y llegando al castro del Torrichón (26), identificable por sus antenas. Desde este punto arranca una nueva pista, muy técnica por su fuerte descenso y la presencia  de gran cantidad de piedras sueltas; esta pista, una vez pasado un pequeño recinto pegado a la roca y que contiene colmenas, desemboca en una nueva pista (27), en concreto en una curva cerrada con firme de hormigón. Debemos de seguir hacia nuestra izquierda, en subida, por esa pista con buen firme pero repechos duros, la cual nos desemboca en el Collado Michadorio (28), tras cruzar una portilla metálica. Dejando a la derecha una cabaña, se sigue al frente, por toda la ladera, siguiendo el trazado de una pista de tierra que va prácticamente en llano hasta el Colladín (29), punto a partir del cual acomete un fuerte descenso hasta Mingoyo (30).

Cruzado Mingoyo, en el pequeño collado asoma de nuevo la pista que hay que tomar, comenzando un largo descenso con algún repecho intermedio. El primer tramo presenta bastante barro y piedra suelta pero, tras cruzar de nuevo el reguero y, tras una fuerte bajada, se llega a una balsa de agua (31), tomando la pista de la derecha, que discurre entre un denso pinar. Dejando de lado un primer desvío a la derecha (32) y otro posterior a la izquierda (33), la pista baja de manera muy cómoda hasta la capilla de San Mamés, junto a la carretera de Teverga (34), la cual seguimos unos metros hasta Caranga de Abajo (35) donde tomamos la Senda del Oso durante casi 5 kilómetros hasta llegar al Puente Zarameo, en Proaza (36). Alcanzado el cruce del puente, giramos a la derecha para seguir por carretera hasta Villamejín, dejando la misma un poco antes de llegar a la iglesia (37), para subir hasta la parte alta del pueblo y coger la pista hormigonada (38) que asciende hasta la Collada de Aciera, una preciosa ventana hacia todo nuestro entorno. 

LLegados a la Collada (39), se retoma la misma pista hasta Villamejín pero, justo a la entrada del pueblo, se gira a la derecha por otra pista, esta vez de tierra y piedras, que asciende entre diversas cabañas y prados (40). Llegado a un cruce con tres ramales (42), se toma el del centro y se asciende a través de un camino empinado que hará necesario echar pie a tierra; tras unos metros de subida, se comienza a llanear, retomando un buen camino (43) que desciende hasta enlazar con la pista que comunica Villamejín con Canal Seca (44), siguiendo la misma hacia ésta última a través de suaves pendientes. Una vez pasada una captación de agua a nuestra derecha, a los poco metros abandonamos este camino para seguir por el que desciende a nuestra izquierda (45), un rápido y técnico descenso hasta los molinos de Serandi (46). Tras cruzar el río, un buen camino discurre entre los prados hasta llegar a esa población, la cual se cruza hasta llegar a ver su capilla (47).  

Antes de llegar a la capilla de Serandi, se toma un camino que sale a nuestra izquierda, paralelo a cuatro hórreos (48). En un primer tramo este camino va casi en llano o con algún descenso suave, pero más adelante se convierte en una bajada fuerte y un poco complicada por la tierra suelta del camino, el cual desemboca en otro tramo de piedra que nos introduce en la foz del Picarós. El camino, más bien sendero, va paralelo al río hasta desembocar junto al cercado osero (49), cogiendo la Senda del Oso en dirección a Proaza, llegando a esta población para finalizar y cerrar este círculo betetero. 

QUE VER

 

 

Proaza. Capital municipal y zona de servicios (hostelería, administración, sanidad, cajero, gasolinera, comercio, turismo). 

Conserva parte de su patrimonio etnográfico, como hórreos, así como un importante patrimonio histórico y cultural (Torre del Campo, Palacio González Tuñón, Central Hidroeléctrica, etc). 

Comunicada con el centro de la región por la AS-228, dista apenas 30 kilómetros de Oviedo. 

 

 

Torre del Campo. La torre fue erigida en 1495 por orden de Diego Vázquez de Prada, que tenía un solar familiar en Proaza. 

Es una construcción defensiva situada en una pequeña loma y rodeada por el arroyo Payón, que hace de foso natural. 

Contaba con dos puertas de acceso, una rectangular en la parte superior y otro con arco de medio punto en el primer piso, a la que se accedía mediante una pasarela. Tiene una altura de 15 metros divididos en 3 pisos escalonados exteriormente, con 18 saeteras. 

 

 
 
Palacio de los González Tuñón. Fue construido en el siglo XVIII ocupando el lugar de uno anterior que se había quemado; su arquitecto fue Manuel Reguera González, uno de los mayores exponentes del Barroco asturiano. 
En su parte sur presenta una galería de madera, propia de la arquitectura popular asturiana. Presenta un gran volumen constructivo, de mampostería y sillarejo. 
En su escudo aparecen representadas las principales familias de la zona: los Tuñón, los Álvarez de Bandujo, los Bernaldo de Quirós y los Miranda. 
 
 
Casa del Oso. Situada junto a la iglesia parroquial, la antigua casa rectoral acoge desde 1996 la sede de la Fundación Oso de Asturias, además de la Casa del Oso, un centro de interpretación y educación sobre esta emblemática especie. 
En este mismo edificio está la Oficina de Información Turística de Proaza. 
 
 
La Cruz de Fuego. En el alto de La Cruz se ha identificado una necrópolis tumular, si bien no ha sido excavada.
Pero si por algo destaca este alto es por sus magníficas vistas sobre los Valles del Trubia y por ser uno de los centros del parapente de la región, siendo una zona de despegues de gran prestigio. 
 
 
Necrópolis tumulares. En las estribaciones orientales de la Sierra de Tameza, por encima de Sograndio y Linares, se han localizado diversas estructuras tumulares: La Barrera (2 túmulos), Puertos de Sograndio (3), Rañón (2) y La Cruz (1). Todos ellos situados en la zona por donde discurre un ramal del Camín Real de La Mesa que se dirigía al centro de la región. 
Otro túmulo, muy arruinado, aparece en Canal Seca, por encima de Serandi. 
Ninguno de ellos está acondicionado para su visita. 
 
 
Camín Real de La Mesa. El Camín Real de La Mesa sigue las trazas de una vieja calzada romana que a su vez aprovechó un itinerario mucho más antiguo. Fue utilizada a lo largo de la historia como muestran sus elementos arquitectónicos en forma de brañas, ermitas, etc. 
Uno de sus ramales la comunicaba con los Valles del Trubia a través de Santo Adriano, siendo precisamente el que discurre por la zona alta noroccidental de Proaza, desde La Barrera (puerto de Bandujo) hasta Linares, pasando por la Campa de San Bartuelo o Los Acebos. 
 

 

Bandujo. Está situado a 660 metros de altitud y a una distancia de 10 kilómetros de la capital municipal. En el año 2009 fue declarado Bien de Interés Cultural bajo la figura de Conjunto Histórico, pues conserva casi intacta su impronta medieval, siendo uno de los pueblos más antiguos de Proaza. Destacan sus torres, iglesia y construcciones tradicionales. 

Situado en la ladera que desde La Mostayal (1.333 metros) desciende hasta el valle del río Trubia. 

 

 

Palacio de Bandujo. Situado al lado de la Torre de Bandujo, este palacio presenta varias dependencias, así como una torre de planta cuadrangular del siglo XVIII, de estilo barroco rural (la Torre de Tuñón). 

Este edificio albergó la cárcel y el Ayuntamiento con el que contó Bandujo en los siglos pasados. 

 

 

 

Torre de Bandujo. La Torre de Bandujo, una de las mejor conservadas de Asturias, consta de 3 pisos, con una altura de 12 metros y 7 de diámetro; su acceso original se realizaba por un arco de medio punto situado a más de dos metros de altura. Presenta un escudo que la enlaza con el linaje de los Álvarez de Bandujo. Su construcción sería entre los siglos XIII y XIV. Cuenta con numerosos vanos y saeteras. 

 
Iglesia de Santa María de Bandujo. Es la construcción religiosa más antigua de Proaza, ya citada en el año 912, si bien el edificio actual es posterior a esa época y no parece conservar nada anterior al siglo XII. 
Presenta planta única con ábside plano en el interior y semicircular al exterior, con bóveda de medio cañón, y una sencilla portada con arco de medio punto. Muros de mampostería conservándose algún canecillo de la obra original, si bien ha perdido casi toda su obra escultórica. 
 
 
Castro El Torrichón. También conocido como el Pico Castiellu, se encuentra situado sobre Santa María de Traspeña y estaba vinculado a las explotaciones mineras romanas de la zona. 
Hoy su superficie está ocupada por diversas antenas, apenas apreciándose restos de su trazado, si bien las vistas desde este punto son magníficas. 
 
 
Canal romano de Mingoyo. Por encima de Santa María existió una explotación minera de época romana, donde aún es posible ver los restos de este complejo en forma de gran brecha abierta a cielo abierto en las cuarcitas de la Sierra de Peña Collada, bajo la que se conservan extensos depósitos de derrubios estériles. También se conserva un tramo de más de 2.000 metros del canal que transportaba el agua del arroyo Zaraméu hasta la parte alta de la explotación. 
 
 
Avistamiento de fauna en Monte Oliz. En las inmediaciones de Caranga de Abajo, siguiendo la pista de Oliz y a la altura de una balsa de agua, es una excelente zona para avistar osos en la época primaveral. La zona donde se pueden observar está alejada de este punto, al otro lado del valle, en la Sierra de Caranga, por lo que no sería un impacto ni una amenaza para la especie.  
 
 
Capilla de San Mamés de Caranga de Abajo. De estilo popular, sigue los cánones estéticos de las pequeñas construcciones religiosas del siglo XVIII. Aparece la fecha grabada en la piedra del dintel de la entrada, en concreto 1763. Tiene un bonito pórtico techado con cubierta a tres aguas. 
 
 
Iglesia de San Pedro de Caranga de Abajo. Construcción del siglo XVIII que sigue el esquema clásico de templos de estilo popular, con ábside resaltado en el exterior, cabecera recta y espadaña. Esquinas reforzadas con contrafuertes y existencia de pórtico lateral. Una de las columnas de este pórtico tiene un capitel de madera de estilo corintio que probablemente proceda de algún retablo. 
Frente a ella un tejo da sombra a un pequeño conjunto formado por fuente y lavadero. 
 

Caranga de Abajo. Situada a 5 kilómetros de la capital y a una altura de 250 metros, situada en una vega nacida de la confluencia de los ríos Teverga y Quirós; también es cruce de caminos, hacia Teverga (AS-228) y Quirós (AS-229); también por ella pasa la Senda del Oso. 

Cuenta con un interesante conjunto etnográfico, así como su iglesia y el cercano desfiladero de Peñas Juntas. 

 
Perihuela. En las inmediaciones de Peñas Juntas, en el lugar conocido como Perihuela, aún se conservan restos de las viejas instalaciones ferroviarias ligadas al tren minero que comunicaba Quirós primero (en 1884) y Teverga después (en 1902) con Trubia.
En concreto, se trata de los restos de una nave de mampostería con arcadas que sirvió de almacén de máquinas, en este punto donde confluían ambos ramales para continuar a Trubia. También quedan restos de otras pequeñas edificaciones, como depósitos o muros de contención. 
 

Peñas Juntas. En la zona conocida como Perihuela aparece este espectáculo de la naturaleza. Como su nombre indica, el río ha excavado un profundo desfiladero donde las peñas casi se juntan. 

En este espacio luchan por conseguir sitio el propio río, la carretera abierta en 1867 a través de un túnel, y el trazado del viejo ferrocarril minero que comenzó a funcionar en 1884 y hoy día es la Senda del Oso. 

Un magnífico ejemplo del modelado cárstico accesible a todo el mundo. 

 

 

Puente de Perihuela. A raíz de las explotaciones mineras de Quirós, el ingeniero Gabriel Heim, que formaba parte de la Sociedad Hullera de Quirós, proyectó una carretera hasta Trubia, inaugurándose en 1867. 

En la misma hay varias obras de ingeniería notables, como este puente de mampostería que cruza el río Trubia en las inmediaciones de Peñas Juntas. 

 

 

Puente Zarameo. Cruza las aguas del río Trubia comunicando la villa de Proaza con las poblaciones de Villamejín, San Martín y Serandi. 

Su traza es de origen medieval y está vinculado al antiguo camino del Puerto de Ventana. 

Estructura es de mampostería, con dos huecos en forma de arco de medio punto. Conserva su fábrica original en buen estado, si bien en su parte superior presenta un vial de factura moderna. 

 

 

Central Hidroeléctrica de Proaza. Levantada en la década de 1960, su diseño se debe al arquitecto y artista Joaquín Vaquero Palacios, completándola en la siguiente década junto con su hijo Joaquín Vaquero Turcios. 

Es un edificio rectangular de hormigón que compagina armonía y funcionalidad. Los grandes triángulos de la fachada sirven de porche a grandes vanos acristalados. Presenta también un mural con motivos geométricos. En el interior existen grandes murales pictóricos que representan campos y polos magnéticos. 

 

 

Villamejín. Situado a 2 kilómetros de la capital y a una altitud de 380 metros. Presenta diversos hórreos y casonas blasonadas de estética tradicional. 
Es la salida natural hacia la Collada de Aciera, antiguo paso entre las tierras de Proaza y Quirós. 
La carretera que la comunica con Proaza, continúa hacia las vecinas poblaciones de San Martín y Serandi. 
 
 
Palacio de Bernardo Terrero de Villamejín. Este palacio fue adquirido por Bernardo Terrero, un rico terrateniente de Quirós que poseía gran cantidad  de propiedades. 
Se desconoce la fecha exacta en que se levantó el palacio, aunque la torre, la parte más antigua, parece datar del siglo XVI. Su escudo comparte un cuartel con el del Palacio de los Morán de Proacina. 
 
 

Casona del Alemán de Villamejín. Fue mandado construir por la familia García Argüelles, con el nombre de El Cubión, si bien se le conoce como Casa del Alemán al ser vendida a una persona de esta nacionalidad a mediados del siglo XX. 

 

 

Casona de los García Argüelles de Villamejín. Situada en el centro del pueblo, su construcción se debe a la familia García Argüelles. La primera edificación fue la capilla, levantada en 1730, mientras que la casa se erigió en 1748; completa el conjunto un hórreo. 

La casona cuenta con el escudo de la familia y es un regio ejemplo de construcción noble rural. 

 

Iglesia de San Antonio de Villamejín. Situada al lado de la carretera que va a Serandi, cerca del Palacio de Bernardo Terrero; precisamente este rico terrateniente fue el que promovió la construcción de las antiguas escuelas situadas al lado de esta iglesia. 

Construcción sencilla y de estética popular de finales del siglo XIX. 

 

Llendelafaya. Fue un coto independiente de Proaza hasta el año 1827. Desde al menos el siglo XIV se tiene constancia de la presencia de una malatería en la zona, que funcionó hasta 1751.

Actualmente se conservan diversas cabañas de uso ganadero que bien pudieron ser viviendas, así como los restos de la capilla de San Lázaro, anexa a una cabaña, conservando su ábside al borde del mismo camino. 

 

Collada de Aciera. Uno de los espacios más conocidos de Proaza por el que discurría el viejo camino que comunicaba estas tierras con las vecinas de Quirós. 

Actualmente presenta un uso ganadero, pero en un pasado no tan lejano, que va desde mediados del siglo XX hasta la década de 1980, hubo una importante actividad minera de la fluorita, conservándose aún diversos vestigios. 

Es la zona desde la que se tiene la subida más conocida y asequible a la Peña de la Forcada, magnífica atalaya proacina. 

 
Molinos de Serandi. Cuando el camino que baja de Canal Seca se encuentra con el arroyo de Serandi, aparecen una serie de molinos que aprovechaban sus aguas. El primero de ello está junto al puente, muy cerca de una surgencia que a modo de manantial ofrece sus frías aguas para paliar la sed. 
En el recorrido del reguero hay varios molinos, siendo éste el más asequible de todos (el de Bonciellos). 
 

Serandi. A una altitud de 420 metros y a 4 kilómetros de la capital municipal, es donde finaliza la carretera que sale de ésta y comunica las poblaciones de Villamejín, San Martín y Serandi. 

Conserva un interesante conjunto de hórreos y paneras, y es famoso por la calidad de las aguas de sus numerosas fuentes. 

 
Capilla de San Antonio de Serandi. Situada en el centro del pueblo, es un pequeño edificio que sigue los cánones de la arquitectura religiosa popular del siglo XVIII, con nave única rectangular, pequeño pórtico y espadaña. 
 
 
 
 
 
Foz del Picarós. Junto al cercado osero arranca la pequeña foz del río Picarós. Un camino discurre por su orilla derecha, pudiendo contemplar el tajo realizado sobre la caliza, así como pequeños saltos de agua. Desde el vecino mirador, se puede contemplar el recorrido de toda la foz. 
 
 
 
 
Cercado Osero. El cercado osero de Proaza, situado en un monte de encinas conocido como Fernanchín, se inauguró en 1996 para traer a Paca y Tola. En 2008 se acondicionó un nuevo recinto para intentar la reproducción, donde hoy día están Paca y Tola y el macho Furaco. En el cercado original se encuentra la osa Molinera. 
El cercado se encuentra a medio camino entre el área recreativa de Buyera (Santo Adriano) y la villa de Proaza, siendo uno de los lugares más visitados de los Valles del Trubia. 
 
 
 

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