Ruta 8: Proaza - Linares - Proaza

 DATOS GENERALES DE LA RUTA

Ruta.... Proaza – Cuainedo – El Ablanu – Linares – La Cruz – Las Grandas – Agua Cimera – Proaza

 

Punto de inicio............................ Proaza  

Punto de llegada......................... Proaza   

Duración sin paradas.................... 2 h. 47’

Duración total.............................. 5 h. 08’

Distancia..................................... 10.000 m.

Desnivel máximo......................... 637 m.

Ascenso acumulado..................... 730 m.

Descenso acumulado................... 736 m.

 

Pendiente máxima...................... 34,2 %

 

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

Proaza, capital municipal del concejo homónimo, es el punto de inicio de esta ruta circular que nos llevará a Linares, la población más norteña y a mayor altitud del municipio. Para comenzar esta ruta hemos de situarnos frente a la torre de Proaza (1), también conocida como torre del Campo, levantada en el siglo XV por orden de Diego Vázquez de Prada; tiene una altura de 15 metros y una distribución en cuatro pisos, con las características que estos disminuyen en diámetro por el exterior, contando con numerosos vanos y una puerta de acceso en arco de medio punto. Frente a ella, al otro lado de la carretera, se encuentra el palacio del Campo o de González Tuñón, obra del siglo XVIII que trae a la zona rural esquemas constructivos más propios del ámbito urbano; cerca del palacio está la iglesia parroquial de San Vicente, de estética historicista, y a su lado la Casa del Oso y oficina de turismo. Tras visitar estos interesantes elementos patrimoniales, se toma el camino que sale frente al palacio tras cruzar la AS-228 y se dirige al barrio de Traslavilla, el cual cruzamos hasta llegar al barrio de Castañera, donde finaliza el asfalto (2). Tras pasar junto a la última casa, girando a la derecha, comienza el ascenso por un empedrado camino, la vieja vía que comunicaba la población de Linares con Proaza. Las vistas desde este barrio abarcan toda la vega de Proaza, así como la Collada de Aciera, la Sierra del Aramo, las poblaciones de Villamejín y Serandi o el cercado osero. 

El camino comienza a ascender entre pastos, llegando a una zona de cabañas conocida como El Polleo; tras dejar atrás dos de esas construcciones, el camino se toma un respiro introduciéndose en un abandonado castañar conocido como Lindalera. De nuevo el camino se pone pendiente hasta llegar a la fuente de Cuaineo, donde podemos aprovechar a refrescar y tomar un trago (3). Tras dejar atrás la fuente, a los pocos metros nos encontramos con una bifurcación, tomando el camino de la derecha. El camino sigue empedrado, con tramos en que la acción del agua y los años han hecho que las piedras estén sueltas; todo el trayecto discurre entre un espeso bosque de castaños donde es posible seguir las huellas de corzos o jabalíes. En las cercanías de Veganande un nuevo cruce, dejando el camino de la derecha para seguir al frente por el principal que venimos siguiendo (4); unos metros más delante aparece una nueva bifurcación, siguiendo el camino de la derecha (5), continuando el ascenso por el bosque. Otra bifurcación nos hace seguir por el camino de la izquierda (6), el empedrado, pues el derecho se introduce en dirección al reguero. La pendiente se suaviza y en un último cruce con dos caminos empedrados, seguimos por el de la derecha (7), que nos lleva al Ablanu. 

El Ablanu es una zona de prados con una fuente al lado del camino y, unos metros más arriba, una solitaria casería. El camino sigue por la izquierda de la vivienda (8), desembocando en una pista hormigonada, la cual seguimos hasta la primera curva cerrada a la izquierda; de seguir por la pista saldríamos a la carretera por la que tenemos que descender, si bien en esta ocasión abandonamos la pista en este punto por un camino de hierba que sale a nuestra derecha (9). El camino no tiene pérdida y conserva bien su trazado, si bien en diversos puntos aparece muy embarrado por las numerosas fuentes con las que nos encontraremos. Tras abrirse un poco en zona de campo, aparecen ante nosotros tres caminos, debiendo de seguir el de la izquierda (10), que es el que desemboca en el camino del cementerio, que veremos a nuestra izquierda (11). Tras salir a la carretera, seguimos por la misma hasta la población de Linares, cuyas casas vemos a nuestra derecha. 

Situado a 760 metros de altitud, Linares (12) es la población más alta del concejo de Proaza, y la situada más al norte, cerca de los límites municipales de Grado y Santo Adriano. En esta población existió una malatería ya documentada en el año 1275 y desaparecida en el siglo XVIII; como la mayoría de las leproserías, estaba situada en una importante zona de paso vinculada al Camín Real de La Mesa. Cuenta con una pequeña iglesia del siglo XVIII y frente a ella, lavadero y fuente fechados en 1928. Visitada esta pequeña aldea retomamos nuestros pasos por la misma carretera por la que accedimos a ella, siguiendo dirección a Sograndio, compartiendo camino con el GR 101.1. En la misma carretera aparece una portilla metálica para el ganado y, nada más pasarla, merece la pena acercarse hasta la cumbre de la Cruz de Fuego (13), cuya cima está ocupada por diversas antenas, si bien no es impedimento para disfrutar de sus magníficas vistas sobre gran parte de los Valles del Trubia, así como toda la zona central de Asturias; esta cumbre es muy frecuentada por los amantes del parapente, que la utilizan como zona de despegue. Tras disfrutar de las panorámicas seguimos el descenso por carretera, encontrándonos a nuestra derecha la pista que desciende de Cuevallagar (14), por la que continúa el GR 101.1 y, unos metros más adelante, a nuestra izquierda, la que proviene del Ablanu y habíamos dejado antes para ir a Linares (15).

Unos metros más adelante, tras dejar atrás una fuente y un abrevadero, llegamos al pequeño collado de Sobrecueto (16), donde abandonamos la carretera para seguir por una pista que desciende a nuestra izquierda a través de los prados de Las Grandas, pista que termina entre dos cabañas (17). Al frente, una portilla da acceso a un encajonado camino de piedra que sigue en fuerte descenso entre muros de piedra y avellanos, dejando diversos prados a ambos lados. Este camino, tras pasar una abandonada portilla metálica, desemboca junto a una cabaña en ruinas a nuestra izquierda (18); en esa misma dirección, una nueva portilla de madera da paso al camino que debemos de seguir, pues al frente se abre otro camino que cruza el reguero y que nos llevaría de nuevo a la carretera entre Linares y Sograndio. El camino que debemos de seguir tiene tramos con abundante vegetación y otros empedrado, si bien no tiene pérdida alguna, tan sólo seguir su traza hasta desembocar en otro más amplio, el cual seguimos hacia la derecha (19), siguiendo el muro del prado, hasta enlazar con la pista que termina en Agua Cimera, con su fuente seca y el bello rincón que crea el reguero (20).

Tan sólo resta seguir en descenso por esta pista hormigonada que nos va bajando (21) hasta la villa de Proaza, saliendo en su centro (22), casi en la Plaza del Ayuntamiento, dando por finalizada esta ruta. 

 
QUE VER
 

  

Proaza. Capital municipal y zona de servicios (hostelería, administración, sanidad, cajero, gasolinera, comercio, turismo). 

Conserva parte de su patrimonio etnográfico, como hórreos, así como un importante patrimonio histórico y cultural (Torre del Campo, Palacio González Tuñón, Central Hidroeléctrica, etc.). 

Comunicada con el centro de la región por la AS-228, dista apenas 30 kilómetros de Oviedo. 

 

 

Torre del Campo. La torre fue erigida en 1495 por orden de Diego Vázquez de Prada, que tenía un solar familiar en Proaza. 

Es una construcción defensiva situada en una pequeña loma y rodeada por el arroyo Payón, que hace de foso natural.

Contaba con dos puertas de acceso, una rectangular en la parte superior y otro con arco de medio punto en el primer piso, a la que se accedía mediante una pasarela. Tiene una altura de 15 metros divididos en 3 pisos escalonados exteriormente con 18 saeteras. 

 

 

Palacio de los González Tuñón. Fue construido en el siglo XVIII ocupando el lugar de uno anterior que se había quemado; su arquitecto fue Manuel Reguera González, uno de los mayores exponentes del Barroco asturiano. 

En su parte sur presenta una galería de madera, propia de la arquitectura popular asturiana. Presenta un gran volumen constructivo, de mampostería y sillarejo. 

En su escudo aparecen representadas las principales familias de la zona: los Tuñón, los Álvarez de Bandujo, los Bernaldo de Quirós y los Miranda.

 
 
 
 
Iglesia de San Vicente de Proaza. Situada al lado de la Casa del Oso, su construcción es de finales del siglo XIX, siguiendo la estética historicista en su fachada, con obra de sillarejo y piedra labrada. El frente está rematado por un estilizado campanario con rejería geométrica. Planta rectangular con cubierta a dos aguas y ábside semicircular al exterior más alto que la nave. 
 
 
Casa del Oso. Situada junto a la iglesia parroquial, la antigua casa rectoral acoge desde 1996 la sede de la Fundación Oso de Asturias, además de la Casa del Oso, un centro de interpretación y educación sobre esta emblemática especie.
En este mismo edificio está la Oficina de Información Turística de Proaza. 
 
 
Linares. Situado a 740 metros de altitud, es la población más alta norteña del concejo de Proaza, distando 7 kilómetros de la capital municipal a través de una empinada carretera que asciende desde Sograndio. 
Su pequeño caserío agrupado albergó en la Edad Media una leprosería. 
En días despejados, se ve Oviedo y parte de la costa cantábrica. 
 
 
Iglesia de Santa María Magdalena de Linares. Esta pequeña iglesia sigue los cánones de las edificaciones religiosas de carácter popular propias del siglo XVIII. 
Sin embargo, Linares ya aparece en documentación del siglo XIII como solar de una malatería que desapareció en el XVIII. 
 

Fuente y lavadero de Linares. Conjunto formado por fuente y lavadero, además de un texo. Aparece fechado en 1928.

 

 

 

 

 

La Cruz de Fuego. En el alto de La Cruz se ha identificado una necrópolis tumular, si bien no ha sido excavada. 

Pero por si algo destaca este alto es por sus magníficas vistas sobre los Valles del Trubia y por ser uno de los centros del parapente de la región, siendo una zona de despegues de gran prestigio.

 
 
 

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